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Oración del Automovilista |
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Concédeme, Dios
mío, una mano firme y una mirada
atenta para que no hiera a nadie en
el camino.
Tú que eres el Autor de la vida, no
permitas que ningún acto mío pueda
dañar o romper lo que viene de Tí.
Enséñame a utilizar mi automóvil
para servir a los demás, y haz que
el amor por la velocidad, no me
lleve a despreciar las bellezas del
mundo por Ti creado. Haz también, oh
señor, que la alegría y la Paz me
acompañen en mi camino.
(Con licencia eclesiástica)
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